sábado, 24 de abril de 2010

LOS DERECHOS DE LOS CUENTOS




Una de las Declaraciones de derechos más conocida, es la de los derechos humanos, también existen la de los derechos de los niños, del consumidor, del trabajador, e incluso de los libros.
Hace unos días me pregunté: ¿Existirá también una Declaración sobre los derechos del cuento? Pero después de algunas investigaciones, no he encontrado nada.

Pues voy a ser pionera; y a establecer algunos artículos sobre los derechos que poseen los cuentos tradicionales, voy a referirme sólo a este tipo de relatos y no a los cuentos de autor, para no tener problemas con la SGA. Aunque, si algún escritor de cuentos, quiere que sus historias tengan derechos, puede suscribirse a ellos.

Artículo Nº 1:

Un cuento tiene el derecho a ser contado.

Artículo Nº 2:

Un cuento debe ser transmitido de generación en generación, para asegurar su supervivencia.

Artículo Nº 3:

Las narraciones y cuentos tienen el derecho a ser relatados por distintas voces.

Artículo Nº 4:

Los cuentos tienen el derecho a traspasar fronteras e ir de un lugar a otro.

Artículo Nº 5:

El cuento tiene derecho a ser escuchado por oyentes de distintas edades y condiciones sociales.

Artículo Nº 6:

Los cuentos tienen el derecho y el deber de llenar de magia los espíritus y de ilustrar las almas.

Artículo Nº 7:

Los cuentos tienen el derecho de emocionar, hacer reír o llorar e incluso asustar a sus oyentes.

Artículo Nº 8:

Los cuentos tienen el derecho de tener como protagonistas a seres reales o imaginarios con virtudes o poderes mágicos.

Artículo Nº 9:

Los cuentos tienen derecho a ser mimados, queridos y repetidos tantas veces como el narrador o el oyente deseen.

Artículo Nº 10:

Las narraciones y cuentos tienen el derecho a ser recopilados y transcritos en libros.


Estos diez artículos pueden ser ampliados a tantos como se quieran, y recogeré cualquier tipo de sugerencia que se haga al respecto.Y ahora, ya suspiro tranquila. Por que los cuentos, esas obras de arte que tanto admiro, ya tienen sus derechos.

domingo, 11 de abril de 2010

EN LOS CUENTOS CONTAMOS TODOS



El ministerio de igualdad, buscando una nueva estrategia para luchar contra la discriminación sexual y la violencia de género ha tachado los cuentos clásicos como “sexistas”

- ¡Protesto!

Creo que el desconocimiento de la tradición oral, ha llevado a este ministerio a encender un debate que está fuera de lugar.

A lo mejor la señora ministra y todo su sequito, en lugar de referirse a los cuentos clásicos, como han hecho; deberían haber levantado sus espadas contra las versiones cinematográficas de algunos de estos cuentos. Es verdad, que si contamos en este momento Blancanieves, va a estar envenenado, al igual que la manzana, por lo que se ha visto a través de la gran pantalla y todos los sucedáneos que han derivado de esta versión.
También es verdad, que el cuento nos presenta un estereotipo que no deja en muy buen lugar al género femenino; personalmente siempre he pensado que Blancanieves es una pánfila que se deja engañar, una, dos y hasta tres veces. Pero si alguien, antes de comenzar este debate, se hubiera preocupado de conocer un poco más a fondo los cuentos de tradición oral, se habría dado cuenta que en muchos de ellos, los protagonistas actúan como ”cómplices” del antagonista y da igual al género al que pertenezcan, es necesario para que suceda la acción.

Al mismo tiempo, con un vistazo, muy por encima al amplio repertorio de cuentos populares existentes, se habrían dado cuenta que hay relatos en los que las mujeres, no actúan como floreros, si no que por el contrario, aparecen como personajes listos, ingeniosos, valientes, etc.
Por poner algún ejemplo: En “La mata de Albahaca” la protagonista es tan ingeniosa y valiente que no se amedrenta con el príncipe. En “El príncipe durmiente” es la princesa, la que debe enfrentarse a los peligros y las esperas para desencantar a su amado. En “María la lista y Juan el tonto” se presenta a una esposa hábil y astuta.

En definitiva, pienso, que desde el ministerio de igualdad, lo que se debería favorecer es la promoción de todos estos relatos tradicionales, por que en los cuentos, contamos todos

miércoles, 7 de abril de 2010

EL OFICIO MÁS ANTIGUO DEL MUNDO



Hace unos días leí esta frase: “Dentro de poco no necesitaremos Cuentacuentos”.
Para apoyar el texto, se incluía la imagen de un programa informático e interactivo en el que aparecían niños risueños.

Al interiorizar dichas palabras, sentí un pellizco en el alma Y al igual que los avestruces, que esconden la cabeza para escapar de los problemas; yo, no leí el artículo y traté de ignorarlo.
Pero la dichosa frase, comenzó a repiquetear en mi cabeza una y otra vez.
Acompañada de un montón de interrogantes: ¿Será posible vivir sin Cuentacuentos? Y yo, ¿puedo vivir sin contar cuentos? Y mis amigos “Cuentistas”, ¿Qué va a pasar con ellos?
Y comencé a analizar la situación:
Es verdad, que desde que yo soy consciente, han existido diversos modos de sustituir al narrador, por medio de discos de vinilo, cintas para cassettes, muñecos parlanchines, libros lectores e infinidad de artilugios varios.
¿Pero acaso, todos estos objetos o incluso el “Cuentacuentos informático e interactivo”, son capaces de sustituir la calidez, la ternura o la simpatía que puede aportar un narrador?
¿Podrían contener un murmullo a través de una mirada o con el simple hecho de bajar la voz? ¿Conseguirían mantener la atención durante cincuenta minutos? ,………………...

Estoy completamente segura que NO.

Y es que me he dado cuenta de que el hecho de contar se remonta a los orígenes del
Ser humano, en cada familia, cada tribu, cada poblado, siempre ha habido una persona o personas que se han encargado de contar y trasmitir historias, de divertir, entretener y educar a través de la palabra. Y yo pregunto: ¿cómo puede morir un oficio que seguramente es el más antiguo del mundo?