viernes, 3 de septiembre de 2010

MIS MAESTROS



Aunque había acordado conmigo misma, que este era un blog de cuentos y nada más, Hoy, voy a incumplir mis propias reglas. Por que… Creo que también este es un lugar estupendo para rendir homenaje a algunos de mis maestros en este mundo de la narración oral.
Ya he comentado aquí alguna vez, como mi madre, fue mi narradora favorita, me contó siempre infinidad de historias, con una forma peculiar, con un estilo propio que aunque creo que no he logrado heredar, sembró en mí el gusanillo de contar. Muchas veces, cuando yo, ya andaba viviendo del cuento, me preguntaba: ¿Por qué no cuentas…? Y me recordaba una historia olvidada, o me contaba alguna de su propia invención.
Ella fue sin duda una de mis maestras en este mundo.
Otro de mis maestros, Fue Mariano García, el director de La Maleta de Mariano, Un ser excepcional y un gran amigo, con él y con la gente que formaba parte de Los Mayores Cuentistas del Mundo, aprendí a quitar el miedo, a ponerme delante de un público, y sobre todo a disfrutar de las historias contadas entre amigos.
Mariano, siempre entre risas, me dio muchos consejos que fueron acallando mis miedos,
Él confiaba en mí y yo no podía defraudar a mi maestro, También él me dio la oportunidad, en uno de sus montajes de títeres, de ser princesa. Una princesa descarada y preguntona, que era capaz de enfrentarse a un terrible monstruo peludo.

Todavía queda enumerar algún maestro más, responsable de gran parte de mi aprendizaje.
Pero, Como diría Sherezade, mañana seguiré contando...

lunes, 30 de agosto de 2010

LOS MEJORES NARRADORES


Me gusta mucho contar cuentos, pero También me encanta escuchar, oír y sentir los relatos transmitidos por otras voces, con otros estilos y es que existen tantas maneras de narrar como personas distintas.
En los últimos tiempos he tenido la gran suerte de presenciar las contadas de diversos narradores.
He descubierto como algunos llenan escenarios con su palabra, como otros saben sacar de cada frase un chascarrillo con el que hacer reír a su público. Otros utilizan la forma más literaria y poética para relatar de forma armoniosa. Algunos encierran una tesis filosofal detrás de cada historia; los hay que son capaces de transformarse y dar vida a distintos personajes con sus dotes dramáticas o aquellos que te hacen soñar mientras cuentan y dan vida al relato con la manipulación de distintos objetos. Hay quien con voz dulce y calmada te adentra en mundos mágicos y narradores capaces de dar giros tales en su voz que llegan a sobresaltarte. Algunos se acompañan de música, otros de intérpretes, hay quien hace magia y cuenta a la vez…
¿Y tú cómo cuentas? Me preguntó alguien hace poco, ¿A quién te pareces? Yo no supe que contestar, no se como cuento, ni a quien me parezco, soy una Cuentacuentos de andar por casa, pensé. Pero después di algunas vueltas a estas preguntas y a como me he sentido últimamente y obtuve la repuesta. No se si algún día lo lograré, pero yo quiero parecerme a los que para mi son los mejores narradores del mundo. Los abuelos y las abuelas de pueblo, que cuentan cuentos por que si y la gente les escucha por el mismo motivo.
Y en esas estamos, si la vida me da tiempo a lo mejor algún día…

sábado, 24 de abril de 2010

LOS DERECHOS DE LOS CUENTOS




Una de las Declaraciones de derechos más conocida, es la de los derechos humanos, también existen la de los derechos de los niños, del consumidor, del trabajador, e incluso de los libros.
Hace unos días me pregunté: ¿Existirá también una Declaración sobre los derechos del cuento? Pero después de algunas investigaciones, no he encontrado nada.

Pues voy a ser pionera; y a establecer algunos artículos sobre los derechos que poseen los cuentos tradicionales, voy a referirme sólo a este tipo de relatos y no a los cuentos de autor, para no tener problemas con la SGA. Aunque, si algún escritor de cuentos, quiere que sus historias tengan derechos, puede suscribirse a ellos.

Artículo Nº 1:

Un cuento tiene el derecho a ser contado.

Artículo Nº 2:

Un cuento debe ser transmitido de generación en generación, para asegurar su supervivencia.

Artículo Nº 3:

Las narraciones y cuentos tienen el derecho a ser relatados por distintas voces.

Artículo Nº 4:

Los cuentos tienen el derecho a traspasar fronteras e ir de un lugar a otro.

Artículo Nº 5:

El cuento tiene derecho a ser escuchado por oyentes de distintas edades y condiciones sociales.

Artículo Nº 6:

Los cuentos tienen el derecho y el deber de llenar de magia los espíritus y de ilustrar las almas.

Artículo Nº 7:

Los cuentos tienen el derecho de emocionar, hacer reír o llorar e incluso asustar a sus oyentes.

Artículo Nº 8:

Los cuentos tienen el derecho de tener como protagonistas a seres reales o imaginarios con virtudes o poderes mágicos.

Artículo Nº 9:

Los cuentos tienen derecho a ser mimados, queridos y repetidos tantas veces como el narrador o el oyente deseen.

Artículo Nº 10:

Las narraciones y cuentos tienen el derecho a ser recopilados y transcritos en libros.


Estos diez artículos pueden ser ampliados a tantos como se quieran, y recogeré cualquier tipo de sugerencia que se haga al respecto.Y ahora, ya suspiro tranquila. Por que los cuentos, esas obras de arte que tanto admiro, ya tienen sus derechos.

domingo, 11 de abril de 2010

EN LOS CUENTOS CONTAMOS TODOS



El ministerio de igualdad, buscando una nueva estrategia para luchar contra la discriminación sexual y la violencia de género ha tachado los cuentos clásicos como “sexistas”

- ¡Protesto!

Creo que el desconocimiento de la tradición oral, ha llevado a este ministerio a encender un debate que está fuera de lugar.

A lo mejor la señora ministra y todo su sequito, en lugar de referirse a los cuentos clásicos, como han hecho; deberían haber levantado sus espadas contra las versiones cinematográficas de algunos de estos cuentos. Es verdad, que si contamos en este momento Blancanieves, va a estar envenenado, al igual que la manzana, por lo que se ha visto a través de la gran pantalla y todos los sucedáneos que han derivado de esta versión.
También es verdad, que el cuento nos presenta un estereotipo que no deja en muy buen lugar al género femenino; personalmente siempre he pensado que Blancanieves es una pánfila que se deja engañar, una, dos y hasta tres veces. Pero si alguien, antes de comenzar este debate, se hubiera preocupado de conocer un poco más a fondo los cuentos de tradición oral, se habría dado cuenta que en muchos de ellos, los protagonistas actúan como ”cómplices” del antagonista y da igual al género al que pertenezcan, es necesario para que suceda la acción.

Al mismo tiempo, con un vistazo, muy por encima al amplio repertorio de cuentos populares existentes, se habrían dado cuenta que hay relatos en los que las mujeres, no actúan como floreros, si no que por el contrario, aparecen como personajes listos, ingeniosos, valientes, etc.
Por poner algún ejemplo: En “La mata de Albahaca” la protagonista es tan ingeniosa y valiente que no se amedrenta con el príncipe. En “El príncipe durmiente” es la princesa, la que debe enfrentarse a los peligros y las esperas para desencantar a su amado. En “María la lista y Juan el tonto” se presenta a una esposa hábil y astuta.

En definitiva, pienso, que desde el ministerio de igualdad, lo que se debería favorecer es la promoción de todos estos relatos tradicionales, por que en los cuentos, contamos todos

miércoles, 7 de abril de 2010

EL OFICIO MÁS ANTIGUO DEL MUNDO



Hace unos días leí esta frase: “Dentro de poco no necesitaremos Cuentacuentos”.
Para apoyar el texto, se incluía la imagen de un programa informático e interactivo en el que aparecían niños risueños.

Al interiorizar dichas palabras, sentí un pellizco en el alma Y al igual que los avestruces, que esconden la cabeza para escapar de los problemas; yo, no leí el artículo y traté de ignorarlo.
Pero la dichosa frase, comenzó a repiquetear en mi cabeza una y otra vez.
Acompañada de un montón de interrogantes: ¿Será posible vivir sin Cuentacuentos? Y yo, ¿puedo vivir sin contar cuentos? Y mis amigos “Cuentistas”, ¿Qué va a pasar con ellos?
Y comencé a analizar la situación:
Es verdad, que desde que yo soy consciente, han existido diversos modos de sustituir al narrador, por medio de discos de vinilo, cintas para cassettes, muñecos parlanchines, libros lectores e infinidad de artilugios varios.
¿Pero acaso, todos estos objetos o incluso el “Cuentacuentos informático e interactivo”, son capaces de sustituir la calidez, la ternura o la simpatía que puede aportar un narrador?
¿Podrían contener un murmullo a través de una mirada o con el simple hecho de bajar la voz? ¿Conseguirían mantener la atención durante cincuenta minutos? ,………………...

Estoy completamente segura que NO.

Y es que me he dado cuenta de que el hecho de contar se remonta a los orígenes del
Ser humano, en cada familia, cada tribu, cada poblado, siempre ha habido una persona o personas que se han encargado de contar y trasmitir historias, de divertir, entretener y educar a través de la palabra. Y yo pregunto: ¿cómo puede morir un oficio que seguramente es el más antiguo del mundo?

miércoles, 28 de octubre de 2009

Y los cuentos, cuentos son.


Un comentario que un amigo realizó, recientemente, me ha hecho darme cuenta de lo manipulados que están los cuentos en la sociedad actual, es decir, si pensamos en ser políticamente correctos, los cuentos de ayer no podrían ser contados.

Cojamos como ejemplo el cuento de La Caperucita roja, un relato universalmente conocido y seguramente uno de los más contados a través de los tiempos, y tratemos de contarlo desde las distintas perspectivas que podamos encontrar:

Desde el punto de vista del adulto protector: El lobo sería una especie de perrito dulce que trataría de engañar a la niña desde la más pura de las inocencias y por supuesto, nada de comerse a los niños, el lobito como mucho daría un rugidito y nos diría que seamos buenos. Haber si los niños se nos van a traumatizar y van a soñar que les come un lobo.

Si contamos el cuento desde la perspectiva ecologista: Nada de coger flores del bosque y lo de matar al lobo, bueno, ni pensarlo, como mucho darlo un sustito de nada, que hay que proteger las especies en peligro de extinción.

Desde el lado de una asociación de la tercera edad: la abuelita debería de ser mucho más moderna, y por un catarro de nada no iba a quedarse en casa esperando a su nietecita, que a esa edad hay mucho que hacer. En cuanto a lo de asustarse por un lobo, con lobos me van a venir a mí, con los que he tenido que lidiar en la vida, nada de esconderse en un armario, si el lobo esta bien, mejor irse juntos a un viaje del INSERSO.

Y los cazadores, que dirían a todo esto: Pues que esto de la caza cada día está peor, que hay que pagar un pastón por el coto, para que luego se pueda colar en él una niñata cualquiera y te haga perder media tarde calmándola de un ataque de nervios.

Ahora analicemos el relato para no perjudicar a los adolescentes, que es una edad tan mala, pobrecitos. Cuidado con la explotación juvenil, que es eso de mandar a una pobre niña por un bosque solitario y encima cargada con una cesta llena, ¡Uf! ya nos vale. Y la ropa, pero quien a elegido el vestuario a esa pobre muchachita. Nada, nada esta parte también debe de ser cambiada.

Podríamos seguir analizando desde la asociación de amas de casa, movimientos feministas, ideologías políticas, ......

Pero, con tanto cambio, ¿Dónde se queda el relato recogido de la tradición oral, por los hermanos Grimm, o por Charles Perrault?

Y es que se nos olvida que los cuentos son pequeñas obras de arte con una función recreativa que estimulan la imaginación. Es decir, que los cuentos, cuentos son y están ahí para ser contados.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mi primera vez


Corría el mes de noviembre de hace ya bastantes años, Era un día soleado, recuerdo que llevaba puesta una blusa rosa y unos zapatos de tacón. Llegué al sitio donde habíamos quedado y mil sentimientos se agolpaban en mi mente. Yo quería, pero ... no sabía si mis miedos, mis timideces me permitirían hacer aquello que tanto deseaba.
En un sólo instante, decidí que iba a hacerlo. Entre y taconeando ocupe mi lugar.Llevaba algunos días preparando aquello, tenía tantas expectativas y era tan inocente en ese tiempo.
De repente, escuche un silencio que me hizo saber que ya era el momento, sus ojos me miraban con curiosidad y .... no recuerdo muy bien como sucedió, sólo sé que yo me sentí muy bien al hacerlo, que aquello era lo que había querido siempre.
Cuando todo había acabado, sus ojos me miraban con respeto, con cierta admiración. Yo estaba como en una nube y ellos, mi primer público empezaron a felicitarme y a preguntarme como lo había hecho.
Yo sólo pude responder, que para mi primera vez, había escogido el mejor, todo un caballero,
El firme soldado de plomo, uno de mis cuentos favoritos.