viernes, 4 de septiembre de 2009

Cuentos de ayer, Cuentos de hoy


Ya hace algunos años que trabajo como cuentacuentos, durante todo este tiempo, mi mayor labor ha sido buscar nuevas historias que ilusionasen, a mi público, ya fuese infantil o adulto. Los relatos elegidos provenían del acervo más desconocido de la tradición oral, de lugares lejanos o de nuevos autores. Pero últimamente y gracias al constante contacto con niños, me he dado cuenta que los pequeños de hoy no conocen muchos de los cuentos que conocíamos los niños de ayer. Si es verdad, que reconocen algunos clásicos como caperucita o los tres cerditos, pero pocos más. Ya no hay nadie que les cuente la casita de chocolate, Juan y las habichuelas mágicas, el gato con botas, ...
Dentro del seno familiar; a los niños en los mejores casos, se les lee, pero casí nunca se cuenta.
En la escuela, uno de los lugares privilegiados para escuchar cuentos, la mayoría de las veces se cuentan historias empobrecidas aportadas por la editorial con la que se trabaje.
Y los cuentacuentos, cuenteros, narradores o como queramos llamarnos siempre intentamos ampliar nuestro repertorio aportando historias novedosas que apenas se hayan escuchado.
Y entonces, yo me pregunto, ¿cómo se transmitirán esos cuentos de ayer que no se escuchan hoy?
Creo que esa es una de mis principales tareas como cuentacuentos, generar los cauces necesarios para que esas historías de ayer también las conozcan los niños del mañana. Por lo tanto, intentaré incluir uno de esos relatos en cada sesión de cuentos. Y Desde aquí aliento a las familias, a los maestros y a los profesionales del cuento que también lo hagan. Por que de esta forma estaremos protegiendo un gran tesoro, Nuestra tradición oral.

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